IA y construcción, ¿nuevos retos? Artículo de opinión de Emilio Lezana, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción de Navarra.
La industria de la construcción no se encuentra al margen del impacto que la inteligencia artificial (IA) está teniendo en otros sectores. Nadie duda de que mejorará la eficacia operativa de las empresas, reducirá costes, aumentará la productividad, la calidad, la seguridad, mejorará la satisfacción del cliente o incrementará las oportunidades de negocio. De hecho, ya se está aplicando en la personalización de muchas actividades clave de las empresas constructoras, en el diseño y planificación, en la gestión de proyectos, en la automatización de tareas, en la inspección y control de calidad, en el mantenimiento predictivo, en las cadenas de suministro o en la seguridad y salud y la sostenibilidad. Así que este impacto empieza a tener una relevancia significativa, por lo que es posible que, en un tiempo relativamente corto, nos encontremos con que los paradigmas que actualmente están impulsando la transformación de la construcción, como son la digitalización, la sostenibilidad o la industrialización, parezcan obsoletos y presenten evoluciones que ahora mismo no somos capaces de vislumbrar. Aunque, según parece, mantendrán su relevancia, con el trabajo colaborativo en un entorno común de datos como nexo de unión entre todos los integrantes de la cadena de valor o de las fases del ciclo de vida de cualquier construcción, sea edificio o infraestructura (Mesa de Transformación de la Industria de la Construcción, febrero de 2024).
Y a medida que la tecnología continúe avanzando, desempeñará un papel cada vez más relevante y extenso. Abordar los desafíos técnicos, éticos y de equidad que surjan será una labor constante. Y las competencias, puestos de trabajo, oficios y capacitaciones de las personas irán evolucionando al albur de la demanda. Oiremos “siempre ha sido así”. Pero el contexto ya no es el de “siempre”, por lo que se requieren nuevas estrategias. Hay dos factores muy relevantes que en anteriores situaciones han tenido menos peso: la velocidad de las transiciones y el entorno de incertidumbre en el que se opera. Para que las empresas y las personas no queden desplazados, habrá que gestionarlos adecuadamente ya que, además del impacto tecnológico, pueden tener un impacto muy alto en la fuerza laboral, pues va a requerir un esfuerzo importante en su formación continua y la incertidumbre puede afectar a la moral y productividad, especialmente si hay preocupaciones sobre la estabilidad laboral y el futuro de las empresas.
Ante este panorama, se tiene que actuar en tiempo y forma con las empresas y, especialmente, con las personas, por lo que es prioritario focalizar esfuerzos en una cualificación de las nuevas generaciones adaptada a los escenarios generados por la IA en el contexto de la Construcción 4.0, así como también en la recualificación de las generaciones ya existentes. ¿Cómo? Por medio de la ingeniería pedagógica “más adecuada”, que comienza, precisamente, con las personas, con su implicación, actitud, y capacidad para aprender minimizando la resistencia al cambio; y con las administraciones y distintas entidades sectoriales, incluidas las empresas, ordenando el proceso (estrategias, agilidad en los cambios, discusiones éticas, normas, financiación…), para mantener un nivel actitudinal óptimo y facilitar un aprendizaje continuo y adaptado a la demanda. Esto supondrá más dinamismo en las programaciones curriculares, más compromiso de las empresas en la cualificación de sus trabajadores y que la colaboración público / privada sea una realidad, no sólo entre las empresas y la Administración, sino entre todos los agentes vinculados a la industria de la construcción.
Y lo “más adecuado” continúa con aprovechar también la IA en el ámbito de la formación profesional y universitaria. Sí, la IA también ha llegado al ecosistema de la formación. Y tiene un gran potencial transformador al personalizarlo, hacerlo accesible, eficiente y relevante para las necesidades del mercado laboral en el que opere. Tenemos numerosos ejemplos ya comercializados. Y seguirá siendo importante garantizar que las personas desempeñen un papel central en el proceso educativo. Así que las instituciones de formación y empleo sectoriales tenemos que asumir ya nuevos desafíos derivados de las IA e innovaciones en este ámbito.
De todo lo expuesto, podemos colegir que la IA va a facilitar, e incluso acelerar, la transformación real de la industria de la construcción. Pero va a necesitar una formación avanzada, 5.0., por qué no, con empleo de calidad, pues las personas y sus competencias son parte estructural del todo; y también una estrategia colaborativa público/privada sin apenas limitaciones.
Dicho todo esto, ¿es una ensoñación o nos concienciamos y aceleramos todos nuestra preparación?
Emilio Lezana Pérez
Director/gerente de la FLC de Navarra
